Las declaraciones de Vivianne Reading recomendando que se negocie con Cataluña sin líneas rojas son lamentables; es verdad que el conjunto de lo que ha dicho es más correcto, pero ese desliz es típico de la pequeñez de ánimo que se apodera de algunos comisarios y euro-responsables, de la jibarización burocrática y blandengue del gran proyecto político que podría ser Europa. España no tiene nada que negociar con Cataluña, querida VR. Ya sé que se puede considerar un error sin demasiada mala intención, pero desde Freud sabemos que hay errores sin importancia que denuncian otros mayores, y lo que eso indica es que usted no sabe muy bien ni dónde está ni qué demonios es Europa, y, menos, qué debería ser, y eso es muy sintomático de un mal mayor, de que a usted la camisa europea le sobra por los cuatro costados, y así nos va.