Parece, finalmente, que la causa del accidente de aviación en los Alpes fue un suicidio. Se acabó. Los periodistas y muchas gentes que lo parecen querrán hacernos saber más, buscar las causas, pero no puede haber causas de un suicidio, quiero decir, causas que podamos detectar y combatir salvo que el presunto suicida se dedique a decir que lo es, y no parece ser el caso. Lo único razonable que podemos hacer ante casos como éste es dejar que estudien los neurólogos, los psicólogos y los filósofos, que siempre tienen algo que decir, y tratar de que no vuelva a suceder algo así: ¿cómo?, pues evitando que una sola persona pueda quedar aislada en la cabina de mando de una aeronave, porque ya van siete y, si no se evita, el ejemplo podría repetirse, eso sí se sabe.
En esto sí se puede prever
En esto sí se puede prever