Este chico gallego es un tipo que habría que contratar como asesor en la Moncloa, incluso hacerlo fijo. ¡Ha estado a punto de pillar a un alemán, y eso que ha salido muy mal, como si fuera un español corriente! Resulta que es fuerte, se entrena duro, conoce su oficio y no se rinde, y, además, triunfa. Todo un ejemplo, sin duda.
Claro que también son un ejemplo los chicos de Marinaleda que al mando de una especie de Fidel Castro de opereta se han llevado unas cestas de Mercadona. ¡todo para el pueblo! Yo sugeriría que a Gordillo le hiciesen juez olímpico, pero como lo mismo no se dejan los olimpistas, les sugiero que elijan entre el método de Cal, remar y esforzarse, o el de Gordillo, llevárselo crudo. En realidad apenas hay opciones intermedias.
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