Virtudes militares

[Patrulla Águila, del ejército del aire; imagen tomada de http://airvoila.com/patrulla-aguila-el-orgullo-espanol/]



Convaleciente como estoy, y un poco aburrido, he visto esta mañana el tradicional desfile de las fuerzas armadas con motivo de la Fiesta Nacional del 12 de octubre. La mayoría de los españoles de mi generación hicimos la mili en la época de Franco y no era muy corriente, entonces, que admirásemos las virtudes militares que, además, yo no acertaba a ver por ninguna parte, o casi por ninguna, en los servicios que hube de desempeñar.
Me parece que, aparte de divertirme bastante con muchas de las incoherencias de la milicia de aquella época, nadie se esforzó por enseñarme que las fuerzas armadas pudieran ser algo más que un instrumento del poder político, una forma de sometimiento.
Luego he cambiado mucho en mi forma de pensar en los ejércitos, hasta el punto de que he pensado varias veces que debiera haber intentado ser militar, aunque desde luego me hubieran faltado condiciones para serlo con cierta dignidad. Me parece que el militar cumple un papel social muy similar al del filósofo, aunque el de éste sea más o menos popular y el del militar esté todavía sometido al desprestigio simplista del pacifismo hipócrita que hoy es dominante.
Las fuerzas armadas son la garantía de que pueda existir un orden civil justo, de que pueda haber una patria, de que se pueda vivir en libertad. Naturalmente, cuando no lo son, se convierten en lo peor, en los ejércitos sectarios y criminales que someten a sus conciudadanos, que disimulan su condición criminal con el disfraz de un uniforme.
En esta España disparatada que ahora vivimos en la que tantas cosas andan manga por hombro, en la que casi nada es lo que parece ni lo que debiera ser, creo que es un milagro que hayan subsistido unas fuerzas armadas dignas y decentes como las españolas de hoy. Me gustaría advertir a los españoles de mañana lo mucho que se juegan en que las cosas no empeoren, en que podamos estar cada vez más orgullosos de nuestros militares, de nuestros símbolos, y de poder seguir siendo una sociedad que vive y discute bajo el amparo de la ley.