Que la Justicia debiera ser ciega, quiere decir justo lo que dice, que no suele serlo; lo malo es que esa misma capacidad de discernir puesta en mala causa ocurre con Hacienda, que te alancea cuando eres insignificante y se la coge con papel de fumar si pintas algo. Este Sostres tiene más razón que un santo, aunque sea catalán y convierta esa circunstancia azarosa en una cosmovisión no demasiado crítica, pero dice la verdad como los niños y los locos. Lo de tener más razón que un santo se decía, y no sé si se dice ahora, en mi tierra asturiana de la que estoy tan orgulloso, como poco, como Sostres de la suya.
Estabilidad, y no va de política
Estabilidad, y no va de política