Como era de esperar, porque es su estilo, un grupo de manifestantes antipapales agredió ayer en la Puerta del Sol madrileña a un grupo de jóvenes católicos. ¡Qué valientes! Lo más terrible para este tipo de personajes es que no exista una yihad católica, que el cristianismo sea exactamente lo contrario de lo que ellos pretenden que es, aunque algunos cristianos, como ese desdichado mejicano que ha sido detenido, se olviden de ello en ocasiones. El cristianismo es caridad, anhelo de paz, de justicia, de dignidad y de libertad. A veces algunos han cometido desmanes en nombre de Jesús, pero es que hay gente capaz de matar por el Teorema de Desargues, por poner un ejemplo obvio de algo ajeno a la violencia.
Cierta y abundante izquierda española está tan desesperada de sus supuestas razones que ha llegado a la convicción de que deben imponerlas a golpes, empezando por quienes imaginan sus peores enemigos. No prevalecerán, pero darán algún disgusto, es su empeño y lo tienen fácil con los cristianos, tan fácil como lo tuvo Nerón. Insisto, ¡qué inteligentes y qué valientes son estos ateos dogmáticos!
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