Es evidente que Rajoy se ha atrevido a plantar cara a supuestas exigencias de Berlín&Bruselas, por mucho que supongamos que detrás del gesto hay un acuerdo discreto para que las cosas no se desmanden. Eso es así, sin duda y muestra que, por mal que estemos, estamos muchísimo mejor que antes, aunque ese sea un consuelo muy mediano. Ahora hace falta comprobar que Rajoy no solo es capaz de firmeza frente a B&B, sino también frente a la demagogia política que se desatará cuando las soluciones que se están incubando tarden en florecer, más o menos en un año. Ese será el momento de la prueba y bueno es que el gobierno se vaya entrenando para resistir a los tigres de papel, al sindicato de agraviados y a los desórdenes de todo tipo, porque no hay salvación sin cambiar radicalmente el modelo que nos ha traído hasta aquí, y eso será muy duro.
La verdad nos hace libres
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