Me gusta mucho el fútbol, y me da que pensar. La renuncia de Guardiola me parece un suceso casi ejemplar para entender uno de los intríngulis de esta clase de asuntos, digamos, políticos. Un día antes de que se hiciese pública la noticia un grupo de periodistas de un programa muy conocido y que vive de comentar esta clase de cosas estuvo haciendo apuestas sobre el sucesor, que si Bielsa que si Blanc, .. pues bien, ni uno sugirió el nombre del que realmente ha sustituido a Guardiola. La conclusión casi evidente es que no saben de lo que hablan, cosa que, teniendo en cuenta que se dedican exclusivamente a esto, es bastante notable. No creo que el problema esté en que el entorno del Barcelona sea particularmente discreto, creo, más bien, que el interés de los periodistas está en dar que hablar y no en enterarse de lo que realmente pasa, que les debe parecer de poca importancia en relación con sus ideas e intereses, y así va todo. En la política y en los negocios este fenómeno es ensordecedor: el ruido de los que no tienen ni idea de lo que están diciendo impide a la mayoría hacerse una idea siquiera aproximada de lo que realmente está pasando. Yo creo que es un ejemplo perfecto de un tipo de caso tan frecuente como grave, pero tal vez exagere.
Más y menos
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