Otra decisión cínica e hipócrita del gobierno de Rajoy

Con ser muy grave lo que ha hecho el gobierno al conceder el tercer grado al carcelero de Ortega Lara, más grave aún me parece el burdo engaño de sus explicaciones a la opinión pública. Interior ha pretendido ampararse en la ley para ocultar sus responsabilidades, dura lex sed lex, dijo cínicamente el ministro,  pero la ley dice solo que el gobierno podrá hacer algo, no que haya de hacerlo. Esta distinción sustancial, que explica la irritación de cualquier persona con un mínimo de dignidad, de perspicacia y de valentía, es lo que las explicaciones mentirosas del gobierno pretenden ocultar, asumiendo que los españoles, además de cobardes, debemos ser tontos. Yo entendería a un gobierno que dijese, creo que lo más razonable es soltar a este canalla por h o por b, pero no puedo ni justificar ni aplaudir  a un gobierno que hace lo que cree le conviene, y seguramente se equivoca, pero pretende engañar a los españoles al simular que está haciendo lo que hace, como si no quisiera hacerlo,  porque se lo ordena precisamente la ley.  He aquí, de nuevo, un gobierno que emula al de Zapatero, nada que ver con lo que sus votantes teníamos derecho a esperar.