Resulta que hay quienes no se sienten españoles y quieren dejar de serlo: perfecto, que lo dejen, no hay trabas para ello. Lo que no pueden pretender es que en pago a su desprecio por nuestra común condición, se salten a la torera nuestras leyes, y se queden con parte de nuestro país, que no es solo suyo porque es también nuestro. Se han acostumbrado mal, porque hemos cedido mil veces para ver si empezaban a ser leales y algo menos picajosos, pero nos llaman ladrones y nos insultan, diciendo además que les odiamos. No es verdad, y punto.
Sostres sostiene que esto va de lo de siempre, pero la verdad es que ya es muy cansado y hay que cambiar de actitud, no se puede seguir siendo tolerante, comprensivo y generoso con quien, si nos descuidásemos, nos sacaría los ojos. A ver si se enteran los del PSOE y dejan de dorar la píldora a los nacionalistas, pero es difícil, qué se le va a hacer.