En la muerte de Chavez

Sucesos como la muerte de Chavez, o la pervivencia de su colega Fidel, ponen bien de manifiesto lo mucho que nos queda a los humanos para poder decir que vivimos en una democracia real, en un régimen en el que el derecho sea efectivo y ecuánime. Es triste que millones de personas vivan pendientes, y puedan morir, de lo que acaba por ser la herencia de Chaves, o la de Castro y sus herederos, pero tampoco esa clase de fenómenos está completamente ausente entre nosotros. Vivimos ahora, por ejemplo, pendientes de lo que Rajoy decida, o no decida, que será lo más probable, en relación con el caso Bárcenas, un tema que debiera ser menor y que, con toda evidencia, está supeditando la situación política española y puede acabar con el PP que conocemos. Son cosas de los instintos, y casi nunca son buenas.

Mirar y ver