Un amigo malévolo me sugirió que Rajoy podía ser el instigador de la publicación de las fotos de su alter ego gallego. Me escandalicé, pero poco, porque el argumento era obvio: un enemigo de oficio las habría publicado en otro momento. Hoy veo que la prensa tira de ese argumento, aunque no apuntando directamente al gallego principal, sino a algunos de sus leales servidores y aspirantes a la sucesión. Estos políticos son incorregibles. ¿No habrá sido Montoro que también cree tener sus aspiraciones intactas? En fin, que somos un país bastante lelo e hipócrita, aunque no sé si tanto como imaginan los que nos mandan… y ponen en píe esta clase de maniobras.