Si no recuerdo mal, tal era la forma de comenzar algunas historia de Gila, o sea humor puro. Debo ser muy raro, pero no entiendo que ese estilo vagamente alusivo sea el que emplea el Presidente del Gobierno de España para decir a los catalanes que no está de acuerdo con la secesión: «los pequeños países no cuentan nada»… No creo que sea esa la cuestión, ni siquiera en plan pedagógico. El problema es que no puede existir el supuesto derecho a decidir, incluso si fuere extraordinariamente positivo tener un tamaño pequeñísimo en la Unión Europea.
A base de no decir lo que se piensa, no es que no se piense lo que se dice, sino que se acaba por no pensar lo que se debe pensar. El presidente del Gobierno tiene que poder decir que no existe el supuesto derecho a decidir, y luego puede seguir hablando de lo que quiera, pero nunca debería dar la sensación de que les desaconseja a los secesionistas que hagan algo que no les conviene pero a lo que tienen derecho, que es el riesgo evidente de los mensajes blandos.
Acabar con el roaming
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