No explican nada, y, además, dan muestra de una deficiente coordinación lógica, lo que podría ser un indicio poderoso de algo muy lamentable, por ejemplo, de que se evita un discurso con lógica más correcta porque eso llevaría a revelar algo que quiere ocultarse.
Chantajes. Nunca un chantaje puede ser a una institución, sólo a las personas. Además para que una persona pueda sentirse chantajeada tiene que haber algo que quiera ocultar: ¿podría explicarnos a qué se refiere? No chantajea el que quiere, sino el que puede, si es que lo hace.
Ocupaciones del presidente. Dice Rajoy que no está para según qué cosas, que lo suyo es más importante que atender a cualquiera que le cite, pero ni Bárcenas es un cualquiera, ni la cita es irrelevante. Un presidente del gobierno tiene que poder acreditar su fiabilidad y su decencia, y no puede pensar que esa sea una tarea menor de la que pueda excusarse con silencios poco comprensibles.
Psicología popular. Rajoy parece no entender que los SMS que se han dado a conocer no revelan ninguna especie de chantaje, ni negativa alguna, sino, más bien, impotencia y familiaridad. ¿Sacará Rajoy a relucir unos SMS en que le dice a Bárcenas que deje de chantajearle? Me temo que no; pues bien, la acusación de chantaje a Bárcenas es gratuita y, además, pretende ocultar lo que justamente pone de manifiesto el empleo de ese término: que hay algo que se quiere ocultar.
Es profundamente lamentable que, hasta la fecha, impere entre los dirigentes del PP el sentido de la solidaridad, aunque sea mafiosa, que el deber de rendir cuentas a los ciudadanos y limpiar lo que pueda haber de sucio, y da la sensación de que hay mucho, en el comportamiento de sus dirigentes. Se sigue confundiendo la democracia con la sumisión, es un error gravísimo.