Una de las defensas clásicas de la democracia se funda en el hecho de que es un régimen en que se pueden debatir las ideas con libertad, pero aquí hemos creado un bunker sectario en el que unos afirman una cosa, que puede ser cierta o no, y otros la niegan, sea cierta o no lo sea. O sea que ni hay debate ni hay libertad política, sólo hay llamadas a la fatwa, al sectarismo, al defendella y no enmendalla, a la consagración de la mafia por la democracia. Yo creo que ha llegado la hora en que una derecha realmente liberal acabe con esta caricatura de libertad y de democracia, pero no se hará sin dolor y sin costes.
Innovación, culto y miedo
Innovación, culto y miedo