Los jefes de Moncloa y de la prensa afín no deben ver muy claro el panorama cuando menudean las acusaciones de deslealtad hacia todos aquellos votantes, militantes y dirigentes del PP que no comulgan con las políticas de Rajoy ni con sus explicaciones, por llamarles algo, sobre la corrupción y la no existencia de una caja B que acaba de dar por muy verosimill un auto del juez Ruz, que no es ningún Garzón. ¿Deslealtad? Hay que preguntarse quién fue el primero, y explicar las razones por las que, personas suficientemente independientes y que no dependen para nada de la sumisión al capo, o que tienen valor bastante como para decir lo que piensan, debieran comulgar con ruedas de molino en lugar de actuar en consecuencia con lo que creen. Les echarán la culpa de la derrota, pero no hay mayor derrota que hacer la política del adversario y torear a los propios, en nombre de lo que fuere.
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