En uno de esos momentos de desconcierto intelectual en que no se sabía muy bien en qué consistía la Física, uno de los grandes científicos de la época trató de poner término al desbarajuste sentenciando que “física es lo que hacen los físicos”. Dada esta premisa, estaba escrito que no se tardaría en escuchar de boca de algún político la sentencia paralela; “socialismo es lo que hacen los socialistas afirmación que perpetró uno de los más atrevidos, el italiano Bettino Craxi, y ya saben cómo acabó. En un marco teórico tan cómodo, los socialistas, y los físicos, se han movido con flexibilidad y amplitud de miras. Ahora bien, ¿qué ocurrirá cuando los físicos, o los socialistas, se pongan a hacer cosas del todo incoherentes?, por ejemplo, a escribir poemas, o a quitar el dinero a los pobres para dárselo a los ricos.
Pronto podremos ver lo que vaya a suceder con Zapatero, uno de los grandes innovadores del socialismo contemporáneo, que parece haber pasado del “bajar de impuestos es de izquierda” a alguna variante de “mantener las pensiones es demagógico, propio de fachas y cobardes”.Los socialistas parecen haber trasladado la teoría de los agujeros negros, que goza de gran predicamento en cosmología, al terreno de la política. De los agujeros negros se saben dos cosas: que son enormísimas concentraciones de energía y que no dejan escapar información. En el caso de Zapatero, un pura sangre del oficio izquierdoso, cuyo pensamiento estaba claro hasta hace muy poco, el agujero negro parece haberse convertido en un pozo sin fondo: ni le queda energía, ni emite información coherente.
Al fin y al cabo, la Física, y el socialismo, parecen tener sus límites, de manera que ZP se está acercando peligrosamente a convertirse en una evidencia contraria al interés de los socialistas, a ser la prueba de que el socialismo puede ser confundido con el poder, y engullido tranquilamente por él. Pero, en fin, lo que interesa es el futuro que, como siempre, será una mezcla de necesidad y sorpresa. A mi modo de ver, la predicción más probable tal vez pueda argumentarse del siguiente modo: los socialistas están frotándose los ojos, sin creer de verdad lo que les está pasando. Todo el que posee una autoestima excesiva, descree de su responsabilidad, y tienden a ver una conspiración de circunstancias adversas que, están deseando sacudirse de encima. Vamos a comprobar si el socialismo se deja reducir a una mera falange que, llegado el caso, se sacrifica con su líder, o si, por el contrario, quedarán gentes con energía y convencimiento suficiente para llevar a cabo la eliminación del líder, a forzar la dimisión del que les ha llevado directamente, y con tanto garbo, desde la plenitud al descalabro.