Todo va mal, repetimos día a día, y no sin razones. Permítanme que, con este trasfondo, apunte un par de gestos de buen sentido, de esperanza. Ayer me metía con Rubalcaba, pero hoy he de felicitarle por su declaración tranquilizadora respecto a los ahorradores de Bankia; es poco, pero parece mucho en el clima político español, incluso aunque haya sido hecha en medio de críticas rituales al proceder del Gobierno en el caso.
El segundo gesto se refiere al ministro Guindos y a su benéfica influencia en un Gobierno que no siempre da la talla. Ha ido desde el principio a la mejor solución para Bankia sin reparar que Rato estuviese al frente, su antiguo superior y, supongo, su amigo. Tampoco es mal ejemplo en una sociedad en que todo tiende a guisarse entre amiguetes.
Errores que se resisten a morir
Errores que se resisten a morir