La mInistra y las multas

Oigo a la ministra de Fomento la relación de castigos y reprimendas que le va a caer a Spanair y me quedo pensando que es una pena que un Ministro confunda su trabajo con la lectura de catálogos legales. Está muy extendida la confusión del Gobierno con los funcionarios y de los políticos con los tecnócratas. A un ministro no se le pide que anuncie expedientes y  multas, sino que evite que pasen ciertas cosas y haga que sucedan otras, por ejemplo, que trate de arreglar el panorama de la aviación civil. Es verdad que la titular apenas lleva un mes, pero para confundirse siempre tienen tiempo.
¿Censura Tweeter?

La democracia y los reglamentos

No puede haber democracia sin reglamentos, pero los leguleyos pueden conseguir la más ridícula caricatura de la democracia, y, con frecuencia, lo logran. De esta manera, los electores pierden el interés en las elecciones, creen que la democracia es mera ilusión, y acaba sucediendo. Para evitarlo hacen falta políticos, pero es preocupante que también los políticos decidan disfrazarse de leguleyos, sea por aquello del buen gobierno, sea por evitarse disgustos, y en esas estamos. De todas maneras, también hay leguleyos que van de poetas, y de esa especie de mezcolanza suele salir lo peor, sin que sea necesario mirar a nadie para comprobarlo, no vayan a decir aquello de «a rey muerto gran lanzada». 
Nuevos mercados para el libro