El supuesto caso del marido de Soraya, su contratación como asesor de Telefónica, ha sorprendido al personal cuando aún no se han apagado los ecos del cabreo que produjo el intento de colocar al marido de la otra número dos como consejero en Red eléctrica, una empresa privada pero manejada por un ex-político y tutelada de algún modo por el gobierno. Ciertamente se trata de un episodio diferente, por muchas razones, pero no deja de ser sorprendente la escasa sensibilidad al efecto que puede producir la noticia, y la poca astucia, por no decir prudencia, en la presentación del asunto. Claro es que el marido de la Vice iba a dar que hablar en cualquier caso, hiciere lo que hiciese, pero su paso a mejores comisiones podía haberse hecho de manera menos estruendosa, supongo. Si esto acaba por ser un síntoma de que el PP se siente tan fuerte que no va a andarse con miramientos, aviados estamos. Por si acaso, Camps ya avisa de que se siente más preparado que nunca para optar a lo que haga falta.
Cotorreo electrónico
Cotorreo electrónico