Tras un cierto tiempo de escribir casi cada día en este blog, me pregunto con frecuencia las razones de hacerlo. La primera es que me gusta escribir, sin más, una afición relativamente tardía; la segunda es que quiero compartir algunas cosas que se me ocurren o me preocupan, lo que es perfectamente indiscernible de la vanidad, y de un modo de ser bastante iluso, una cualidad que me gustaría no tener, la verdad, pero que me parece que padezco a modo. La tercera es más respetable, o eso creo, porque en este viejo país ineficiente y muy gregario, Sancho Panza y no el Quijote es nuestro emblema, hay que esforzarse para conseguir que haya algo así como un debate público sobre temas que a todos debieran interesarnos, y que los que saben de esto, o tal vez no tanto, consiguen que pasen enteramente inadvertidos.
A lo que iba, que esto que se puede ver en el video de Vimeo es lo que dije hace unos días en el acto que convocó la plataforma Reconversión, y espero que de ahí salgan cosas más operativas y concretas en breve, cosas que se necesita hacer para no seguir sintiendo vergüenza ajena.