No se discutía nada que tuviese interés general, o no se discutía como si lo tuviese, que es lo mismo, aunque lo que ha ocurrido tendrá consecuencias. El PSOE, como, desgraciadamente, el resto de los partidos, convierte en asunto de exclusiva competencia de una pandilla cuestiones de interés nacional, así estamos, y las discute como si se tratase de una subasta entre particulares. Al menos, y hay que decirlo en su honor, han votado en secreto, y no a mano lazada como se hace en casi todas las ocasiones en que los partidos discuten algo que interesa a los que mandan. Es un avance, pero no sé si cundirá el ejemplo, y tampoco si durará mucho.
La perversidad de lo gratuito
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