He tenido la oportunidad de leer un informe que resume el que los expertos han hecho sobre la Universidad para el Ministerio. El papel no aborda a fondo los dos cambios sin los que no hay nada que hacer: que las universidades puedan competir y que no se gobiernen «democráticamente», sino como empresas que puedan competir, esto es que las universidades no tengan que ser iguales ni sus títulos, oficiales, valer lo mismo y que, por lo tanto, los profesores puedan no cobrar lo mismo, cuando no valgan lo mismo por su calidad y trabajo. Basta que pensemos que, más o menos con el mismo personal académico, nuestras escuelas de negocio están en primeros lugares de los rankings internacionales y nuestra universidades en los últimos. Hasta que un título de una Universidad no valga por sí mismo, en lugar de por ser oficial, no cambiará nada.
Se dice, por ejemplo, que en España hay muchas universidades, cerca de cien, pero no se dice que en EEU hay más de mil, solo que de muy distintas calidades y funciones, mientras que las de aquí son todas oficialmente iguales, e igualmente mediocres, con muy ligeros matices.
Movistar todo lo confunde
Movistar todo lo confunde