El César Zapatero

Como todos los Césares; Zapatero es veleidoso. Su dedo poderoso no se cansa de cambiar vidas, de elegir futuros, y a veces se divierte haciendo travesuras sin mayor trascendencia, aunque sus cercanos digan que es vengativo, y que no soporta a los que se creen algo. Su condición de máximo pontífice del socialismo, por decirlo así, le hace tener que tomar decisiones que determinan el futuro, cosa que, como se sabe, está al alcance de muy pocos. Ahora que ya no puede decidir grandes cosas en el Gobierno, debido a las persistentes llamadas internacionales, va a concentrarse un poco más en el partido, y ha decidido empezar por Madrid.

Como es un tío elegante, antes de defenestrar al bueno de Tomás, y no digo más, le ha hecho un elogio enorme, y hay que esperar que el ex alcalde de Parla, sepa agradecer debidamente la magnanimidad de un gesto tan gratuito. Lo malo, es que, a continuación, ha elogiado más todavía a Trinidad Jiménez, de manera que ya sabemos que Tomás no va a perder las elecciones frente a Esperanza Aguirre, cosa de la que siempre estuvo muy seguro. Ya se sabe que los dioses escriben derecho con renglones torcidos, aunque no sé muy bien qué clase de renglón es este Tomás.

Con Trini, belleza madura y ceceante, vamos a disfrutar de lo lindo; yo que doña Espe me echaría a temblar. ¡Qué rival! La ministra que evitó la gripe A, hay que decirlo, y que piensa en retirar el tabaco de las calles va a ser una pesadilla para el PP de Madrid. Y además, Lizawetsky en el ayuntamiento; en verdad que ZP se ha sacado de la manga un par de ases, ahorrándonos, además, todas esas penosas tareas de los partidos, esa pérdida de tiempo de andar con elecciones internas y todo ese ceremonial. Eficacia, es el mot de ZP, ya se sabe.

Para terminar, un consejo al PSOE de Madrid: si alguna vez quiere pintar algo en política, debería pensar en hacerse separatista: puede ser un poco traumático, pero no creo que perdiese muchos de los votos que tiene, y se ganaría, además, el respeto de Ferraz. A mí me da que ese era el plan de Tomás, y no digo más: es evidente que ZP la ha ganado por la mano; sin duda, es el más rápido.