En uno de sus magistrales comentarios, que no puedo linkar porque está en Orbyt, ese engendro de El Mundo para sacar dinero por el acceso a las noticias, Arcadi Espada ha puesto de manifiesto el riesgo de que el periodismo se twittee, de que se rompa la frontera, siempre delicada y flexible, entre lo privado y lo público.
El caso es que ahora se ha roto porque el PSOE está en plena intifada moral, en campaña para mostrar la baja estofa de sus adversarios, la higiene necesaria que nos obligaría a prescindir de ellos. Yo creo que peor que no distinguir los ámbitos, dejando para lo privado un aire de libertad que el respeto no aconsejaría en lo público, es grave, pero peor es el empeño de romper completamente tal distinción para fortalecer la propia apología pública, la idea de que la izquierda es excelente y la derecha cobarde y rufianesca, a lo que se ve, además, de manera genética. Es obvio que el PSOE se ve en un aprieto, pero me parece digno de toda preocupación que no admita límites en lo que está dispuesto a hacer con tal de no verse desalojado de un poder que tan mal ha empleado.