Frankestein 04155


Parece que las víctimas del accidente del Alvia no cejan, gracias a Dios y a su perseverancia, tratando de aclarar lo que ocurrió en la curva santiaguesa, lo que realmente mató a tantas decenas de españoles y dejó mal heridos a centenares más. Los poderes, como siempre, por desgracia, insisten en que la culpa es del maquinista, pero la cosa es mucho más compleja. Lo importante es que ese tren es un Frankestein ferroviario, como sotto voce lo llamaban los ingenieros de Renfe, puesto supuestamente a punto por las prisas políticas del Ministro de turno, y que no parece que estuviese debidamente homologado para circular, puesto que, como se ha visto, no tenía las condiciones exigibles para poder frenar en alta velocidad, es decir que parece admisible que un tren pueda llegar a salirse de la vía ante una frenada excesiva, pero lo que no podría pasar nunca, y pasó, es que las locomotoras traseras, que en este desdichado caso eran dos, una diesel y otra eléctrica, empujasen salvajemente al convoy, lanzando algunos vagones a decenas de metros de altura, precisamente por no obedecer adecuadamente las órdenes de freno de las dos locomotoras delanteras,   por no tener un sistema de frenado decente. 

Renfe vigila a los maquinistas

Renfe acaba de anunciar que gastará unos millones de euros en montar sistemas de vigilancia a sus maquinistas. ¿No se tratará de una maniobra de despiste más para centrar la atención en los errores humanos y olvidar otro tipo de errores más graves y lamentables? Personalmente, creo que hay que mirar en otras direcciones si lo que se trata es de analizar en serio el gravísimo accidente del Alvia de Santiago, hace ya casi un año. Renfe, Adif y los responsables políticos de hoy y de ayer tratan de centrar toda la responsabilidad en un descuido o negligencia del maquinista, y de ahí que rápidamente pudiéramos ver todos el vídeo del tren a gran velocidad momentos antes de descarrilar. Pero en esa responsabilidad no se acaba el asunto, ni siquiera ha empezado una investigación seria del conjunto de factores que propiciaron una tragedia, y es vergonzosa la irresponsabilidad del Congreso al no abordar este tema como lo que es, como una mayúscula chapuza en la que no hay un único responsable. La plataforma de víctimas del accidente está luchando por que se esclarezcan las causas, siempre son múltiples cuando existe una tragedia de estas dimensiones, y merece el apoyo de todos los españoles que no quieran conformarse con medias verdades.