Me cuento entre los que se han sentido decepcionados porque ni Iniesta ni Xavi hayan logrado el balón de oro que ha ido a parar, por segundo año consecutivo, a Messi. Sin embargo, vistas las explicaciones que se han dado del sistema de votos, encuentro lógica la decisión. Si realmente se tratase de hacer justicia a una temporada, y en función de los títulos, los dos jugadores españoles han tenido los mismos éxitos que Messi y, además, han ganado con enorme brillantez la Copa del Mundo, el máximo trofeo futbolístico.
Messi es uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, si no el mejor y es posible que sea más determinante que Iniesta o Xavi en el juego del Barça, pero no creo que haya sido eso lo que se ha premiado. El hecho es que Messi se ha convertido en un icono global del fútbol, un espectáculo en el que la imaginación es decisiva, tanto en el juego como en las repercusiones públicas, y el imaginario popular ha encumbrado a Messi, no sin razones.
De cualquier manera, la superioridad futbolística, al menos en este año, de Iniesta y/o de Xavi ha estado en que han hecho funcionar dos equipos muy distintos, el Barça y la selección española. Messi no ha sido capaz de hacer eso con la selección argentina y si yo hubiese votado mi dictamen habría tenido muy en cuenta esta razón, pero votan los que lo hacen y la marca Messi es ya inundatoria. Típico, al fin y al cabo, de lo que es el fútbol, algo en que las pasiones cuentan más que la geometría, que también juega, pero menos.