Algunas de las reacciones de los jugadores y el entrenador del Barça después de la derrota frente al Inter, han puesto de manifiesto algo evidente, el temor a que, casi en el último minuto, se les estropee una temporada magnífica. Aunque soy descaradamente madridista, confieso que este Barça es un equipo descomunal, seguramente el mejor, no sólo de ahora mismo, sino de muchos años. Pero el fútbol es como es, y se ha hecho muy difícil mantener la hegemonía. Los del Barça deberían hacernos el favor de no excederse en la pataleta ante el caso, que tengo por poco probable, de que caigan, finalmente, ante el Inter, y/o no ganen la Liga. El fútbol es tan maravilloso como imprevisible, y bien puede pasar que un equipo mediocre, como lo es el Inter comparado con el Barça, deje fuera de juego a los que pensaban ganarlo todo. ¿Acaso no se acuerdan de lo que le pasó a su rival de siempre con un equipo de la periferia madrileña? Puede pasarles, y mejor será que se acostumbren a la idea de que alguna vez les pasará, porque esto de ser los mejores, no sirve para ganar todas las competiciones, puede llegar a no servir, incluso, para ganar ninguna.