Disparar con pólvora del Rey

Está visto que ZP no se arredra, al menos de momento, ante los negros nubarrones que nos amenazan a todos. De ser así, según quienes dicen conocerle, su error no sería tanto la temeridad como el egoísmo. ZP parece creer que los límites del sistema económico son indefinidamente flexibles, y que mientras él tenga el apoyo de la mayoría, de los descamisados, aunque sean descamisados de guardarropa, que viven espléndidamente bien a costa del erario público, no tiene nada que temer a los mercados, porque son tigres de papel.
España, mientras tanto, se vacía, se desvitaliza. No es posible crear nada, ni levantar nada porque el déficit público se lo lleva todo por delante. ZP parece firmemente persuadido de que, si aguanta, al final, los ricos pagarán la ronda. Es posible que no estuviese mal del todo que así fuese, que, por una vez, pierda la banca, pero no será el caso. Perderemos los de siempre, la abobada clase media, los emprendedores modestos, la gente decente que quiere trabajar y esforzarse. No obstante, si la cosa sigue como parece, también caerán los más altos palacios, y la ira del personal, aunque traten de dirigirla a donde suelen, puede acabar con la biografía de los equilibristas más consumados, con los aires de superioridad de los artistas, puede llevárselo todo por delante. Por eso es realmente negro el panorama, porque nuestro presidente es un optimista incorregible en lo que se refiere a las memeces que venera, y porque cree que sabe cuidar muy bien de lo que le importa.

El descrédito

Una de las últimas cosas que se me ocurrirán, mientras me quede un adarme de entendimiento, es hablar de economía; no es una virtud innata, no se crean, sino un hábito saludable, pero adquirido a base de meteduras de pata gloriosas.
De la política sí me atrevo a hablar, más que nada porque me gusta, porque tampoco estoy seguro de saber nada medianamente bien, cosa que creo le pasa a mucha gente, también a los economistas serios, en lo que consideran su terreno. Bueno, a lo que iba. Hoy me han hablado de que España puede entrar en barrena en los dos próximos meses, si se comprueba que el gobierno sigue tirando de déficit de manera desbocada; si es verdad, mejor será que no lo comprueben, porque no le veo a ZP ahorrando, tampoco a ninguno de los 17 reyes de taifas, ni a ningún munícipe, para decirlo todo.
Si entrásemos en el descrédito exterior, lo que haríamos es proyectar hacia fuera el enorme descrédito que nos traemos entre nosotros. A mí me parece que no es un problema financiero, aunque también lo será, sino que estamos en una de esas situaciones en que hay que salir corriendo y nadie se arranca; todo el mundo parece pensar que a él no le va lo de la crisis, y pretende seguir viviendo como si nada. Nuestro único remedio sería un gobierno que nos metiese algo de miedo y diese algo de ejemplo,… bueno o el descrédito, el shock que venga de fuera y no deje títere con cabeza. Hay que estar atentos, porque luego se amontona la gente en los aeropuertos y no hay manera.