La libertad no se otorga

Eso se decía en los inicios de la Transición, la libertad se conquista. Yo creo que es así, o se ejerce o se pierde y hay que reconquistarla. Los votantes del PP han perdido su  libertad porque la dirección del partido está haciendo una política radicalmente distinta a la que ofreció en las elecciones, porque está traicionando las posiciones clásicas del PP en materia de relación entre el Estado y la CCAA, porque está poniendo en riesgo serio la unidad nacional, y, por si faltara poco, porque su conducta en relación con los casos de corrupción que afectan al PP elude vergonzosamente las responsabilidades obvias de sus dirigentes, de todos. Hay más quejas, pero estas bastan para empezar. Algunos hemos pedido que se debata en el seno de los órganos del PP pero Rajoy, Cospedal y los demás creen que los órganos del partido están para aplaudirles y no nos hacen caso, saltándose, por cierto, los Estatutos vigentes, otro incumplimiento inexplicable de leyes esenciales en una democracia. Por todo ello hemos convocado a militantes y simpatizantes del PP al  acto de debate abierto que se anuncia en este post. Espero que mis lectores a los que interese este asunto se pasen por allí, aunque no lo parezca, nos jugamos mucho. Un abrazo y gracias por anticipado.
Reunión abierta a militantes y simpatizantes del Partido Popular
El pasado  20 de septiembre dirigimos una carta a la Secretaria General solicitando una reunión urgente de la Junta Directiva Nacional ya que nuestros Estatutos establecen la obligación de convocarla con carácter cuatrimestral. Esta obligación se viene incumpliendo sistemáticamente como muestra el hecho de que en los últimos dos años se ha reunido sólo en dos ocasiones. Aparte de esta razón reglamentaria, le señalábamos la necesidad de un amplio debate en el máximo órgano entre Congresos a la luz de los hechos siguientes:
1.     El grave incumplimiento del programa con el que el PP se presentó a las elecciones generales y que le proporcionó la mayoría absoluta.
2.     El recrudecimiento de la ofensiva separatista y la débil respuesta del Gobierno.
3.     El progresivo deterioro de la imagen del partido a causa de los sucesivos episodios del caso de nuestro ex-gerente y ex-tesorero y las medidas a tomar para solucionar este problema.
4.     La creciente presión de las bases y el pronunciamiento explícito de destacados dirigentes a favor de la introducción de las elecciones primarias para seleccionar a nuestros candidatos.
Transcurridas dos semanas no hemos recibido ninguna respuesta, lo que revela una desconsideración que no creemos merecer en nuestra condición de militantes de larga trayectoria y densa hoja de servicios. En rueda de prensa celebrada el día 23  de septiembre, la Secretaria General, interrogada sobre nuestra petición, se limitó a responder que el sistema de elección de candidatos existente en el PP era muy democrático y que el que quisiera primarias debería esperar al próximo Congreso del partido, previsto para 2015. En cuanto a la convocatoria de la Junta Directiva Nacional, indicó que se haría en breve, sin mayores precisiones.
A la vista de la imposibilidad de llevar a cabo un análisis de la difícil situación que atraviesa el partido y el país y de formular propuestas en el órgano adecuado, invitamos a todos los militantes y simpatizantes del PP que tengan interés en participar en un debate sobre estas relevantes cuestiones a una reunión abierta el próximo 17 de octubre en el Hotel HUSA Princesa, Calle de la Princesa 40, a las 19.30 horas.
Santiago Abascal
José Luis González Quirós
Alejo Vidal-Quadras
Reunión abierta a militantes y simpatizantes del Partido Popular

El PP baja en las encuestas

Con la que está cayendo, como decimos los castizos, resulta que el CIS ha desvelado que el PSOE sube en las encuestas, y el PP baja. Muchos se han apresurado a hablar de la cocina del CIS, y hay que reconocer que algunos datos de la encuesta resultan sumamente sospechosos. Yo creo, sin embargo, que el PP haría mal desatendiendo esta clase de signos, pero últimamente me equivoco bastante cuando opino sobre lo que le conviene al PP, para no hablar de lo que al respecto creen sus dirigentes.
Lo que yo veo es que el descontento de los electores del PP con Zapatero es mayúsculo, y también el de otros muchos que tuvieron la debilidad de votarle. También veo que esos mismos electores no acaban de estar encantados de las cosas que dicen, y hacen, Rajoy y el resto de portavoces del PP. En esta situación, bien pudiera pasar que la crisis dejase de agravarse, que ZP pasase por el aro de lo que le impongan Merkel y Sarkozy, y que el PP se quede casi sin discurso. Sé que ZP tiene casi tanto carácter como el escorpión que viajaba con la rana, pero también recuerdo sus contorsiones. En fin, que no las tengo todas conmigo, y temo que el declive de las encuestas pueda ser algo más que un efecto escénico, pero a lo mejor lo pienso porque me dejo convencer por los que creen que no servirá de nada votar al PP de Rajoy. Espero, por el bien de todos, que las cosas cambien.

Sobre el discurso de Rajoy

El martes, al reunirse el Comité Nacional del PP, existía cierta expectación ante lo que Rajoy pudiera decir. Su discurso pretendió ser efectista, pero resulto decepcionante. Me parece muy poco gallardo amparar el insulto y la agresión de Cobo equiparándolo con una supuesta deslealtad de Aguirre, quien, por cierto, se había limitado a tratar de ejercer sus competencias, para apearse, inmediatamente y por las buenas, de su intención, en cuanto vio que se podía estar causando un mal al partido.

La única justificación posible de esa equiparación absurda e inicua está en el temor de Rajoy a entrar a fondo en el asunto, y en su estrategia de ocultar los problemas debajo de la alfombra, echando la culpa, finalmente, a algún pardillo que ande por las inmediaciones, por ejemplo Costa. De todos modos, consciente de que la equiparación era moralmente reprochable, deslizó una insidia sobre una supuesta campaña a favor de Aguirre y en contra de Cobo. No descarto que, dada la bajeza de algunos peseteros de la política, pueda haber quien haya firmado la carta de apoyo a Aguirre para cantar luego la palinodia ante el marianismo, por si las moscas, pero, en cualquier caso, el PP de Madrid apoya a Esperanza y está hasta la coronilla de su alcalde, cosa que debería saber Rajoy. Por lo demás, andarse con estas exquisiteces cuando se ha vencido en un Congreso obligando a los compromisarios a entregar avales en blanco, me parece el colmo de la inconsecuencia.

Pero hay otro aspecto del discurso rajoyano que me parece todavía más grave. Resulta que Rajoy no distingue entre su persona y el partido, y eso es mucho confundir. Rajoy, de nuevo sin mencionar, pero refiriéndose a Juan Costa, dijo que “es inaceptable que algún militante de nuestro partido pueda afirmar que no somos alternativa”. Piénsese lo que se piense de Juan Costa, el hecho es que Juan Costa no dijo eso, sino algo muy distinto y perfectamente obvio, a saber, que Rajoy tenía que demostrar que fuese capaz de llevar al PP a la victoria, cosa sobre lo que muchos, dentro y fuera del partido, tienen muy serias dudas.

Es increíble que Rajoy, un hombre de apariencia culta y moderada, cometa un desliz semejante. La verdadera realidad del PP son sus más de diez millones de votantes, no ninguno de sus dirigentes, ni, por supuesto, Rajoy. ¿Pretende don Mariano que creamos a pies juntillas en lo que él hace? ¿Supone que vamos a renunciar a nuestro criterio y a nuestras opiniones únicamente para que él pueda llegar plácidamente a la Moncloa? Rajoy tiene un problema y se está confundiendo en la manera de afrontarlo: me refiero a que algunos se creen el Mesías tras el triunfo, y Rajoy puede empezar a confundirse sobre sus poderes sin haber ganado todavía nada.