El duopolio

El comienzo de la Liga de fútbol de primera división anuncia repetición del duopolio imperfecto de estos últimos años. El Real Madrid a la caza de un Barcelona aparentemente insuperable, y los demás a jugar a otra cosa. Me parece muy malo para el fútbol y para los españoles que las cosas estén así. Me parece mal por tres razones: la primera  porque habrá una mayoría de partidos que no tendrán el mínimo interés, lo que niega la esencia misma del fútbol; la segunda porque creo que el fútbol se resiente por las prácticas de gobierno y competitividad disminuida que han hecho que se pueda llegar a esto; la tercera es porque el enfrentamiento entre el Barcelona y el Real Madrid se politiza de manera casi irremediable y eso es un desastre para todos, y no solo para los que ahora parecemos llevar la peor parte. 
El estudiante aplicado, versión 2.0

Vergüenza

Vistas con calma las imágenes polémicas del partido de ayer, tengo que decir que lo de Mou y el dedo en el ojo de Vilanova me parece escandalosamente intolerable, como para expulsarle del equipo. Partiendo de que podían tener algo de razón en las anteriores grescas arbitrales con el Barça, la han perdido del todo en la triste jornada de ayer. Florentino Pérez debería tomar cartas en el asunto y advertir públicamente a Mou de que no va a consentir ni una más, ni a él ni a los que no saben perder sin dar patadas. El Real Madrid ha sido un equipo caballeroso porque, además, era muy fuerte, y no puede perder las maneras ahora que un equipo español le pega repaso tras repaso. No quiero avergonzarme de mi equipo y ahora lo estoy, así de simple. La victoria no lo justifica todo, pero la derrota menos.

Hoy toca hablar de fútbol, para desengrasar

Mi espíritu plebeyo, dicho sea en reconocimiento a tanto crítico ilustre del balompié, anda inquieto a la espera de lo que pueda ocurrir esta noche en el Bernabeu,  con el primer enfrentamiento entre el Real Madrid y el Barcelona, de los cuatro que vienen en menos de un mes. Como soy madridista, estoy temeroso, porque no olvido que el Barça nos ha ganado, me parece, en los últimos siete enfrentamientos, pero es seguro que esta racha criminal acabará alguna vez. Mi deseo sería ganar en las cuatro ocasiones, pero me parece complicado. Cedería con gusto el partido en Barcelona, e incluso el de esta noche, y hasta el de Valencia, a cambio de pasar a la final de la Champions, que sería, casi seguro, ganar la décima. Lo peor es que, si el Barça nos gana en la Champions, no se encontrará después con Mourinho para que le quite el campeonato, y mis esperanzas en lo que, eventualmente, pudieran hacer el Manchester o Raúl son bastante limitadas. 
Lo peor que nos puede pasar es que estos cuatro enfrentamientos sean cuatro sucesivas derrotas, humillantes palizas: la idea es casi completamente insoportable, pero, si llegara a ocurrir, prometo no desfallecer a la espera de esa dulce venganza que habrá de llegar, y me gustaría que eso sirviera para corregir lo mucho y malo que se ha hecho en los últimos años en el club de mis sueños, aunque imagino que esto pueda ser más difícil que ganarle las cuatro veces al Barça, pero el soñar es gratis. Esa gratuidad, o, mejor dicho, el exceso de bienes en relación con su costo, es muy típica del fútbol, de la emoción de belleza y triunfo que representa: pasión, geometría, orden, astucia y precisión, un conjunto de virtudes que nadie posee de manera completa, ni Messi, ni Xavi, ni Iniesta, por cierto, que son quienes más se acercan, hoy por hoy, a ese jugador ideal que muchos habríamos querido ser y que para desgracia nuestra juegan en el Barcelona. Que nadie se engañe, esa es su ventaja y solo nuestro bien asentado coraje y el hambre de gloria de una buena plantilla podrá eliminar a esos dragones que ya han humillado demasiado al madridismo.

Hacer algo por el Real Madrid

Aunque el Real Madrid acaba de clasificarse para jugar la final de la Copa del Rey, es evidente que el equipo no está a la altura que deseamos sus socios y sus seguidores, y que esa decepción hunde sus raíces en un modelo de gestión que ha fracasado, ese modelo que ha hecho que Mouriño, un tipo serio, sin duda, haya dicho que el Real Madrid es un circo, y que se está pensando su continuidad al final de esta temporada. Creo que los socios que no estamos conformes con la manera en que la directiva lleva las cosas debemos hacer algo. A mi se me ha ocurrido crear un grupo en faceboook «El Real Madrid merece lo mejor» para ir intercambiando opiniones y crear una fuerza que pueda actuar en favor de nuestro equipo en las próximas elecciones, evitando que sean un nuevo paseo triunfal para Florentino, como ocurrió, lamentablemente en la última convocatoria. Lo que sigue a continuación es el «manifiesto» con el que convoco a los socios del Real Madrid a organizarse y a defender el estilo, la historia y las esperanzas del club y de todos nosotros.

La historia del Real Madrid ha sido gravemente desvirtuada bajo el poder de Florentino Pérez y los socios del Real Madrid, que somos responsables del destino de nuestro club, al menos eso dice la teoría, debemos de tratar de que se pueda recuperar el rumbo perdido. La realidad, sin embargo, es que el Real Madrid se ha convertido en una finca de Florentino y sus amigos, en una institución que deportivamente está muy mal dirigida, que malgasta el dinero y, lo que es peor, que está viendo cómo su prestigio histórico está siendo humillado no sólo porque nuestro gran rival está ahora mejor que nosotros, sino, sobre todo, porque la dirección del club es caótica, caprichosa y personalista.

Creo que el hecho de que Florentino Pérez haya ganado las últimas elecciones sin ni siquiera una candidatura rival dice muy poco de nosotros, y pretendo que nos esforcemos para que eso no vuelva a suceder jamás.
Quienes amamos al Real Madrid, y pensamos que el mejor club del siglo XX debería seguir siéndolo en el siglo XXI, tenemos que movilizarnos y exigir de nuestros directivos una política distinta. Estoy seguro de que somos muchos, pero estamos muy dispersos, además de desconcertados y con sensación de impotencia frente a protagonistas muy poderosos; pero me parece evidente que si esta clase de medios, como Facebook o Twitter, han servido para hacer posibles revoluciones que eran impensables hasta ayer mismo en el norte de África, también podrían servir para que los socios del Real Madrid cobren conciencia de su poder y sepan que pueden impedir que su destino siga en manos de un pequeño grupo de gente que no ha sabido mantener el nivel deportivo y la categoría moral que siempre ha distinguido a nuestro equipo.
desgraciadamente, creo que la situación actual tiene ya muy poco remedio, y que hay que ir preparando el futuro con calma. No creo que haya que renunciar a nada, pero me parece que el club necesita políticas muy distintas y que tenemos que buscar entre todos un nuevo Bernabeu, sin rendirnos a la idea de que hayamos de ser rehenes de alguno de los multimillonarios caprichosos que quieren prestarse a hacernos el favor de presidir el club que tanto amamos.
Me gustaría que este sitio fuese un lugar de intercambio de opiniones educado y positivo, que no se insultase a nadie, ni se hiciese demagogia. Para eso, por desgracia, ya hay muchas oportunidades en otros lugares, pero nada sacamos con ello. Los madridistas sabemos muy bien que no se gana nada con echar la culpa a los árbitros o a conjuras de necios. Sabemos muy bien que cuando se es el mejor se gana casi todo: esa ha sido nuestra historia, pero desde que Florentino Pérez puso su mano en el timón, los resultados han sido muy escasos. Es verdad que le debemos momentos estelares, sobre todo que Zidane haya sido nuestro, pero, no nos engañemos, el balance es decepcionante y sería muy triste que entre todos nos consigamos aunar la fuerza necesaria para llevar a la dirección del Real Madrid a quien realmente lo merezca. 

¡Que vuelva Van Gol!

El Real Madrid de Florentino es tan bueno gestionando que ahora quiere que vuelva Van Nistelroy, al que dejaron marchar con enorme alegría. Si además tuviésemos a Seneijder, y se hubiesen esforzado por domar un poco a Etoo, es posible que el Barcelona no pudiese mirarnos desde tan arriba. Es cierto que Van nistelroy se fue porque no veía oportunidades de jugar, pero la verdadera razón de su marcha es el fichaje del paquete Benzema, una hazaña personal del boss, por la que vamos a estar bastante tiempo en el purgatorio de los mediocres. Van Nistelroy mete goles hasta con el culo, y tiene más peligro el solo que diez o doce Benzemas con buen ánimo. ¡Pero así se escribe la historia! Está claro que muchos socios del Real Madrid se dejan engañar con cuentos de hadas, pero el 2-6 y el 5-0 duelen de verdad… y ahora a recuperar a Van Nistelroy. ¡Todo un éxito de gestión de plantillas!

El fútbol y la pasión de los comentaristas

Ayer el Real Madrid ganó al Atlético de Madrid con tan solo veinte minutos de juego intenso; luego le dejó al contrario el manejo del balón, pero a mi entender, sin que nunca estuviese realmente en riesgo el resultado del partido, pese a lo cual algunos comentaristas trataron de estirar de manera inaudita la responsabilidad del árbitro en el triunfo merengue.
Me parece lamentable que no se haga entre los comentaristas un mayor esfuerzo por la objetividad, que para una buena mayoría de ellos el comentario futbolístico se reduzca a tratar de ganar las batallas perdidas por otros medios. Creo que este proceder, además de ser cansadísimo, estimula lo peor que hay en el fútbol, a mi entender aquello que el fútbol mejor podría combatir, esto es, la pasión ciega, la rabia, el desatino. Está claro que muchos ven y van al fútbol por pasión interpuesta, y eso no es malo, lo malo es que las pasiones sean tan elementales, tan necias.
Lo peor que tiene ese tipo de comentarios es que se olvida de analizar lo que el fútbol es realmente, su técnica, sus azares, su dinámica para sustituirlo por una pelea tan imaginaria como inútil en la que el protagonista ya no es el fútbol real sino esa sombra pasional informe y lela con la que tantos lo confunden.

El incierto futuro del Real Madrid

Los aficionados al fútbol somos personas que habitualmente estamos en un estado de excitación general, bastante próximos a una histeria no del todo maligna. Por no generalizar indebidamente, afirmaré con suficiente conocimiento de causa que ese es, al menos, el estado mas común entre los madridistas.

El comienzo de la Liga ha puesto en ascuas a los forofos del Real Madrid: un empate en Mallorca, mientras el Barça sigue jugando como los propios dioses no es un dato tranquilizador, especialmente para quienes hayan podido pensar que Mourinho hace milagros al instante. Bien, dejando lo que pueda haber de exceso en estos temores, y confiando en que Mourinho pueda encauzar la situación, es muy probable que el club se encuentre ante uno de los momentos más comprometidos de su historia. Desgraciadamente la larga mano de Florentino ha mecido la cuna madridista desde hace ya diez años, unas veces haciendo, otras no dejando hacer, y el balance es muy poco satisfactorio, en especial si se compara con el de su gran rival. Florentino se ha jugado con Mou su último cartucho: es evidente que una nueva temporada en barbecho pondría a su presidente a los pies de los caballos.

Por descontentos que estemos con la gestión de FP, los verdaderos madridistas deseamos el éxito de Mou y no debiéramos desesperar tan pronto. Me parece que Mou puede enderezar el rumbo errático de la era florentiniana. De no ser así, el futuro del Real Madrid pudiera estar en el aire, así que mejor será que las cosas salgan bien.



Más sobre Guti y Raúl

Algunas personas cercanas me han reprochado cierta frialdad, e incluso injusticia, en mi comentario de ayer sobre el mismo tema; puede que tengan razón, pero creo que, sobre todo, por contraste con la excesiva tendencia al ditirambo y la exageración que es corriente entre quienes más hablan de estos temas.
Seguramente me equivoque al afirmar que Guti apenas había hecho nada tras la salida de Del Bosque, porque la verdad es que hizo algunos partidos magníficos, y algunas jugadas realmente memorables, en varios de los dramáticos partidos con los que se ganó la liga de Capello, la primera temporada de Ramón Calderón como presidente. No cabe duda que es un jugador dotado de una técnica portentosa, pero, para su desgracia, y la del madridismo, su peculiar manera de entender la vida y el fútbol no le han permitido cuajar en lo que hubiera podido ser.
El caso de Raúl es muy distinto, como dije, y nadie puede dudar de que sus primeros años en el Real Madrid fueron portentosos. Para que no queden dudas, suscribiré lo que dijo de él alguien que sabe de esto, nada menos que Alex Ferguson: “Real buys these big players like Figo, Zidane and Ronaldo, […] But the best player in the world has been there all along. He is Raúl.” Uno de los grandes, sin duda, pero el hecho es que llevaba ya unas cuantas temporadas rindiendo muy por debajo del nivel que le hizo ser el mejor. No ha tenido suerte con algunos premios, pero, pese a eso, su palmarés es envidiable. Para mí, su último gran gol fue un cabezazo contra en el Barcelona en el Bernabeu, otra vez el año de Capello, que fue especialmente emotivo, pero ya entonces era una sombra de sí mismo, y aunque comprenda sus motivos, prefiero no verle jugar de manera disminuida. Hay oficios que no aguantan 16 años a un gran nivel, y el fútbol es, sin duda, uno de ellos.
Como el fútbol está hecho de la materia con la que se tejen los sueños y las leyendas, ambos vivirán mucho más que nosotros, y su recuerdo será más glorioso a medida que pasen los años.

Raúl se va y se ha ido Guti

Creo que la marcha de estos dos jugadores es el último favor que le prestan a su antiguo equipo, porque ellos, supongo que a su pesar, han personificado las dificultades de renovación del Madrid de los últimos años. Son dos jugadores distintos, muy distintos, pero su función en el Madrid de los últimos cinco años ha sido muy similar.
Raúl es un gran jugador, pero hace tiempo que perdió la calidad necesaria para jugar en el Real Madrid y, aunque tarde, hay que celebrar que se vaya de buenas maneras. Guti dejó de ser útil de verdad, al menos, desde que se fue, es un decir, Del Bosque. Su calidad es indudable y si hubiese tenido la moral de Raúl pudiera haber sido el mejor jugador de todos los tiempos; por supuesto que lo mismo podría decirse de Raúl, si hubiese tenido la calidad de Guti, pero estas cosas no suelen pasar.
El mundo del fútbol es un mundo muy especial en el que conviven, eso sí, malamente, los valores más sentimentales, y el mercantilismo más atroz. No sé lo que se habrá llevado cada uno por marcharse de buena manera, aunque sospecho que no se hayan ido gratis, como se dijo que se fue Zidane. No estoy para juzgar a nadie, ni siquiera de madridismo, una asignatura en la que me siento tan doctor como el que más, pero no me gustará oír en el futuro protestas de amor al Club si la liquidación se ha hecho como imagino, aunque se arguya que el Club ha ahorrado dinero, faltaría más. Que ambos tuvieran contratos como los que tienen es un síntoma inequívoco de la demagogia con que se gobiernan los clubes que se supone son de los socios, una de las mentiras más graciosas de las muchas que circulan en este deporte.

Una lección

El señor Mourinho ha dado ayer una lección, de fútbol, por supuesto, pero una lección que vale para algo más que para ganar partidos. Tal vez me equivoque, pero me parece que lo que hace Mourinho es lo siguiente:

1. 1. Adaptarse a lo que tiene

2. 2. Simplificar los objetivos: ir a ganar

3. 3. Mejorar el rendimiento de su equipo con ideas originales, pero sujetas a los principios 1 y 2

4. 4. Convencer a sus jugadores de que eso es lo que hay que hacer, y tratarlos con rigor y afecto

Como es fácil de ver, se trata de un vademécum que también podría aplicarse a la política, por ejemplo.

El resultado es que ha ganado cuatro títulos en dos años con una plantilla que no envidiarían ninguno de los grandes equipos españoles, que ha conseguido el triplete con el Inter, eso que hizo el Barça el año pasado y que parecía imposible, y que ha ganado dos copas de Europa con equipos que no eran claros favoritos.

Ahora parece que podría venir al Real Madrid. La pregunta es si le van a dejar hacer lo que sabe hacer, o si le tenderán trampas escasamente sutiles. Es posible que el Real Madrid quiera seguir viviendo de la retórica valdanesca, de la inflación florentiniana, del poder de la marca: en ese caso Mourinho no podrá hacer nada y acabará, más o menos, como el segundo Camacho, pero dudo que se deje.

El fútbol profesional es pasto de memeces, pero también la ciencia sufre de esa plaga, por ejemplo; quiero decir que, más allá de las bobadas que se oyen a hora y a deshora, el fútbol profesional es una realidad muy compleja y que hay quien sabe entenderla y manejarla, y quienes no. Mourinho, como Capello, por ejemplo, sabe de esto, y si le dejan trabajar con una plantilla, mejorable pero excelente, como la del Real Madrid, llegará lejos. Al tiempo.